Lo que Aprendí bajo la Torre Riopiedrense



Lo que Aprendí bajo la Torre Riopiedrense
Por: Enlil

Desde aquí escucho el retumbe de la demolición
la caída de murales de arte sustituidos por carteles que leen prohibición,
las armas engrasadas han querido extinguir nuestra razón
ya se sienten las pisadas pesadas de estampidas sin entrenar,
de botas bien amarradas guiadas por el señor brusco de ancho bigote y envoinado,
de músculos hervidos por el odio y el Sol
de venas apretadas por mangas que ahogan los pulsos
y estorban la conciencia victimizada   
que como muchas pronto despertarán.

Llega la voz cercana y áspera del altoparlante,
pero nadie quiere callar,
porque aquí, bajo esta torre junto al eco de sus campanas  con los años
se ha aprendido a luchar,
generación tras generación
hombro a hombro
sin miedo  a  recitar
¡Que viva nuestra Universidad!

A la tumba los silencios y las angustias mudas,
que la democracia puede expirar si la dejas morir.
Y luego es muy tarde para revivir nuestra voz.
Los derechos no se guardan en un templo,
sino en las suelas de nuestros zapatos,
entre los adoquines de las plazas,
debajo de banquillos fríos del parque,
en las entizadas pizarras universitarias,
entre las páginas del Quijote,
entre los versos de  Lola Rodríguez de Tió,
entre obras de Adam Smith y Karl Marx. 

Que viva la manifestación, los mítines, el juego,
la brillantez de la juventud y su lucha a plenitud
que se esfume la marginalización,
de los que lejana ven esta Universidad
que se esfume la marginalización,
de los que hoy están pero mañana se van
obligados por el egoísmo gubernamental.

Que desaparezca la terrible ignorancia,
la temeridad de los que prefieren no escuchar
de quien dice dialogar pero no negociar,
de quien habla de su honor pero agrede a su pueblo
del gobernante sin fuerza sin legitimidad,
los principios no son renunciables,
no desaparecerán con mensajes oficiales de gobierno,
esta juventud no rendirá, solo fortalecerá.

Basta ya de prohibición.
Restauremos con arte los murales,
cantemos alegres en las aceras,
leamos poemas, despolvemos la historia que se quiere ocultar
planifiquemos el destino de nuestra nación
invitemos a todos 
y derrumbemos  murallas trasparentes que no nos hacen falta,
recitemos firmes, hombro a hombro  
¡Que viva la Universidad Coño!

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